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DESINFORMACIÓN PROGRESISTA

Nueva Orleáns

El análisis sentimental, si se pueden juntar las palabras, de la mitad del espectro político ha aprovechado el caso de Nueva Orleáns para sus habituales portadas escándalo y comentarios extraños. Esto no nos sorprende, sin embargo: ya lo hicieron con los de detrás del Telón de Acero, los cubanos, etc. Ahora, con los iraquíes. A todos los que necesitaban el apoyo de los solidarios los han abandonado a su suerte.

El análisis sentimental, si se pueden juntar las palabras, de la mitad del espectro político ha aprovechado el caso de Nueva Orleáns para sus habituales portadas escándalo y comentarios extraños. Esto no nos sorprende, sin embargo: ya lo hicieron con los de detrás del Telón de Acero, los cubanos, etc. Ahora, con los iraquíes. A todos los que necesitaban el apoyo de los solidarios los han abandonado a su suerte.
Nueva Orleáns, anegada tras el paso del KATRINA.
Suponemos que todos intentamos exponer nuestros argumentos con la mejor luz posible, pero aplicar el aspecto más criticado y deplorable del "politiqueo" cuando hay acontecimientos naturales como el Katrina nos parece un poquito obsceno (poquito como en "un poquito embarazada"). Fíjense en esto: "La insuficiencia de Estado, de políticas e inversiones públicas ha quedado tristemente de relieve en la catástrofe del huracán Katrina, tras años de desinversión en infraestructuras y servicios públicos"; o "los que, desde Reagan y su actual heredero ideológico en la Casa Blanca, eran partidarios de un Estado mínimo y del 'conservadurismo compasivo' recogen estos días los amargos frutos de lo que sembraron" (editorial El huracán político, 4 de septiembre de 2005).
 
Por el contrario, se puede argüir con abundantes datos que la excesiva intervención del aparato estatal, su enorme tamaño, ha empobrecido muchas economías, no menos algunos estados progresistas de EEUU. Podríamos continuar diciendo que los que toman decisiones en Nueva Orleáns y Luisiana son demócratas. También nos gustaría añadir que, mientras que en el resto del país lleva años bajando la criminalidad, en esta ciudad no es así. ¿Será casualidad?
 
Añade el editorialista: "Se han drenado las arcas nacionales, con importantes mermas en la asistencia sanitaria y del orden público no vinculado directamente al terrorismo. ¿Puede sorprender en estas condiciones el regreso al estado de naturaleza en amplias zonas de Luisiana y los actos masivos de pillaje?". Bien, y en Misisipí, donde se esperan tantos o más muertos, ¿por qué no ha habido regreso al "estado de naturaleza"? ¿Puede ser porque el gobernador de Misisipí dejó claro que no se consentirían tales actos bárbaros? ¿Sólo es casualidad que el gobernador de Misisipí sea republicano y que, según su página web, "desde que se convirtiera en gobernador, se ha centrado en la creación de trabajo"? ¿Es casualidad que esta frase sea la tercera de esa página, después de decir cuándo fue elegido y para qué cargo?
 
¿Hace unos años? Constantemente
 
Con gran muestra de falta de familiaridad con la materia, se dice que "hace unos años, el Pentágono se planteaba la posibilidad de que Estados Unidos librara simultáneamente dos guerras. Con esta catástrofe aparecen serias dudas de que pueda gestionar dos crisis importantes, la de Irak y la del delta de Misisipí, que requieren la movilización de personal militar y toda la atención de la Administración federal".
 
Efectivos de la Guardia Nacional de Wisconsin, durante un desfile.Primero, esa valoración de la capacidad de ser capaz de responder a dos conflictos simultáneamente se pregunta regularmente a Defensa, como parte de los escenarios teóricos que uno debe tener preparados para cuando ocurra lo que se decía que no podía ocurrir. Mejor que de "hace unos años" hubiese sido hablar de un proceso continuo. Si no se trabaja un tema, antes de hablar de él es mejor preguntar a los propios militares. Ustedes los tienen, y han trabajado desde Sáhara Occidental hasta Irak.
 
Segundo, las actuales reglas no permiten movilizar para conflictos exteriores (como Afganistán e Irak) a más de la mitad de la Guardia Nacional que hay en cada estado, de modo que los gobernadores tengan personal militarizable al que recurrir. Además, los estados tienen acuerdos entre sí para que la Guardia Nacional de estados vecinos puedan acudir a una llamada de emergencia. Hay, por tanto, personal militarizable de sobra para las acciones de emergencia en el delta del río. Y respecto a los funcionarios federales civiles de catástrofes, se ocupan en un 98% del interior del país. Es atrevido, creemos, hacer afirmaciones como las que en ese editorial se hacen.
 
Es trágico para los que han muerto que el alcalde de Nueva Orleáns y la gobernadora de Luisiana no hayan sido más tajantes y directos (límite de 72 horas para evacuación en los planes de la ciudad), pero es aún peor para el federalismo que haya tenido que intervenir la presidencia federal. Cada vez más los estados toman menos decisiones o se dotan presupuestariamente del modo adecuado, y todos esperan más de la federación, que debería ser subsidiaria en todo momento, no quien tomase el mando. Pero, ya ven, a esto hemos llegado: ni la ciudad ni el estado invierten en lo esencial, sino en lo accesorio, en el ornato o en sus guerritas culturales.
 
La carta racial y del miedo a la inseguridad económica
 
Cómo no, se aprovecha la situación para jugar la carta racial: "Además, la catástrofe humana de los días posteriores ha puesto de manifiesto una intolerable fractura social, en la que la raza y la clase han sido determinantes: los barrios de Nueva Orleáns más afectados estaban habitados en su práctica totalidad por negros, y en ellos una tercera parte vive bajo el umbral de la pobreza. ¿Es ésa la política de conservadurismo compasivo?".
 
Aquí volvemos a sacar a relucir los datos del principio: como votan a los demócratas, demócratas tienen. Es indudable que las mejoras que las minorías han tenido estos años en EEUU, tanto en acceso a la propiedad de vivienda, como en el número de nuevos negocios empezados, como en la disminución en el desempleo, han tenido menos efecto en ciudades progresistas como Nueva Orleáns, pero, ¿es eso culpa del presidente Bush? Nosotros decimos que, por el contrario, si bien en cada discurso él, sus asesores, sus ministros, etcétera, no se cansan de decir claramente qué es lo que funciona, qué es lo que les está funcionando a los demás para reducir el paro y aumentar su renta personal, demasiados solidarios se niegan a admitir que deben cambiar su manera de contemplar las personas, la economía y las interacciones de los partícipes en ésta.
 
Siguen anclados en el rechazo a la globalización, experimentan sotileza de tiempos pasados, de experimentos de socialismo democrático como el del presidente Allende. Mientras los pobres dejan de serlo donde se aplica el capitalismo, sea Europa en 1900 o sea China en 2000, estas personas siguen añorando la era del nuevo hombre socialista.
 
George W. Bush."La reacción del Gobierno ha sido lenta, corta en recursos y llena de errores de coordinación"
 
Indudablemente, es el caso del alcalde y del estado de Luisiana. Incluso puede ser cierto, ya lo estudiaremos, que la federación haya cometido los mismos errores. Dentro de la tragedia, tiene su gracia la pregunta del corresponsal del mismo diario en Washington DC: "¿Cuántos cuerpos habrá cuando bajen las aguas? Las autoridades temen que se cuenten por miles".
 
Como dice John LaCour, nativo de Louisiana, "a comienzo de cada estación de huracanes, las noticias, periódicos locales, etc., cubren la información habitual sobre planes de evacuación […] Explican la necesidad de guardar un amplio stock de agua potable y comida para cada miembro de la familia, pilas, linternas, etc., y muestran la rutas oficiales de evacuación y te piden que planifiques cómo vas a evacuar y dónde irás. Esto se hace CADA AÑO. En la ciudad de Nueva Orleáns se dio orden de evacuación obligatoria 48 horas antes de la llegada del huracán, y la policía y los bomberos han ido por los barrios diciendo a todos con altavoces que evacuen. Esto es parte de la vida de todo el que vive en la costa del Golfo [de México]. Todos saben qué hacer y cuándo hacerlo. Creces oyéndolo todos los años. No fue ninguna sorpresa, hubo claros avisos, y hubo toda la oportunidad de irse".
 
También añade LaCour que el lunes pasado todo el mundo respiraba aliviado por haberse salvado Nueva Orleáns de un huracán de fuerza cuatro o cinco, por lo que los esfuerzos de rescate se dirigieron a los estados de Misisipí y Alabama, con mayores densidades de población que las marismas cercanas a Nueva Orleáns. Cuando fallaron los diques el lunes noche al martes quedó de manifiesto el fallo del alcalde, por no evacuar a los que quedaron, y el de la gobernadora, por no hacer efectiva la obligatoriedad de la evacuación, como urgió el presidente Bush la semana anterior (una declaración sin precedentes, parece). ¿No debería la gobernadora haber movilizado la Guardia Nacional de su estado? ¿No decíamos que es un sistema federal muy puro?
 
Qué mal iba la economía con Bush, ¿no?
 
Como ya no se atreven a seguir con esa mandanga, después de veintisiete meses seguidos de buenos datos de empleo y otros indicadores, nos amenazan con el futuro que nos espera: "Los nubarrones se ciernen, asimismo, sobre el propio modelo económico de EEUU, puesto de ejemplo estos años pese al exceso de consumo de energía a un precio demasiado bajo, y con él están también en juego la autoridad y el prestigio de la hiperpotencia en el mundo". Vaya, es como que no había nubarrones, sino sólo nubecillas. Parece que fue Cervantes el que dijo: "Ladran, Sancho, luego cabalgamos".
 
En otro artículo del mismo tebeo insisten en cargar las tintas contra la política respecto a Irak: "Otros congresistas, como Carolyn Kirkpatrick, expresaron sus dudas sobre el destino de ese dinero: 'Como miembro del Comité Financiero, quiero asegurarme de que los 10.000 millones de ayudas que hemos aprobado son para la gente. No queremos otro Irak, en donde nadie sabe dónde va el dinero'. Después añadió: 'Me da vergüenza Estados Unidos, me da vergüenza nuestro Gobierno. Esto es un problema humanitario y estoy indignada por la falta de respuesta de nuestro Gobierno federal'".
 
Protejan su cartera y sus bolsillos, Carolyn Kirkpatrick habla de gasto federal. Por supuesto, los periodistas no se molestan en preguntar a otros congresistas. No vaya a ser que digan que no les da vergüenza su país ni su Gobierno. Imagínense.
 
No entienden nada
 
Por último, lo más grave, debido a su largo alcance, el editorialista se pregunta, retóricamente: "¿No puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos y pretende organizar la del mundo?". Por supuesto que no se puede garantizar la seguridad de los ciudadanos. Es como pensar que los ciudadanos pueden ser honrados, o inteligentes. Bueno, esperen, que decía Pablo Iglesias que el ideal era "la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes". Resulta que sí, que los progres creen que es posible pedir eso, que la ingeniería social hará a la gente mejor.
 
Ya Hammurabi hizo grabar hacia el 1750 a.C su Código para "que el fuerte no dañe al débil, para proteger a las viudas y los huérfanos". Se puede aspirar a reducir el daño, pero no puede hacerse desaparecer a los luchadores, a los que abusan de los débiles, a los señores de la guerra, o a los predicadores del odio.
 
Ocurre lo de siempre: no entienden porque no escuchan. Y si escuchan, no creen lo que oyen. Desde el principio del mandato el Gobierno federal se ha aburrido de poner todo el cuidado de decir que el objetivo es doble, ayudarse a uno mismo y ayudar a los demás, pero se quedan sólo con esta mitad, y cuando ven que se hace alusión a la otra parte claman: ¡Hipocresía, hipocresía!
 
 
Peter Turner, fundador de Atlantic-Pacific Alliance, reside en Nueva Orleáns, Luisiana.
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