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AL MICROSCOPIO

Noticia bomba: Hay vida en la tierra

Lo sorprendente es que, para llegar a tal conclusión que a cualquier mortal no le llevaría más tiempo que el que requiere bajar a la calle y toparse con el perro del vecino, los astrónomos en cuestión han
necesitado varios años de estudio.

Últimamente los científicos no saben qué hacer para llamar la atención. No contentos con abrumarnos con la cantidad de planetas extrasolares que descubren cada semana y con las posibilidades de encontrar en alguno de ellos un ambiente propicio para la vida, ahora nos arrojan a la cara y de sopetón el último bombazo astrobiológico: queda definitivamente confirmado, según recientes investigaciones llevadas a cabo por el Harvard-Smithsonian Center que hay vida en la Tierra.

Y es que han detectado la presencia de vida terrestre, no a través de la observación directa de nuestro planeta, no. Sino mirando de reojo a lo que llaman luz cenicienta: es decir, a la luz del Sol que, reflejada en la superficie terrestre, ilumina pálidamente la cara oscura de la Luna.

Analizando esta luminiscencia sutil, los investigadores han detectado la huella química del oxígeno y el agua atmosférica: pistas clave de la existencia de vida en la Tierra. Y es que ya se sabe que, allá donde aparezca una atmósfera oxigenada debe existir algún tipo de vida basada en la fotosíntesis responsable de tal metabolización química.

La idea de esta reciente investigación es ponerse en la piel de un imaginario astrónomo extraterrestre que se enfrentara por primera vez a la visión lejana de la Tierra. ¿Sería capaz este científico de descubrir, con los medios de observación con los que hoy contamos, que éste es un mundo habitado? Los investigadores han seguido el protocolo que se usa para estudiar los planetas extrasolares que van apareciendo desde hace unos lustros a puñados. Pero, en este caso, han elegido la Luna como espejo de observación. La espectrografía de la luz reflejada por la Tierra ha resultado suficientemente fiable a la hora de detectar la actividad biológica planetaria.

Con este resultado, la astronomía internacional puede dormir un poco más tranquila. En el caso de que encontremos algún día la silueta de un planeta habitado al otro lado del telescopio, tendremos las herramientas científicas suficientes para saber si está lleno de vida o es uno más en la lista de los mundos inertes que en el cosmos son.

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