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A propósito del terrorismo galleguista

En este breve trabajo me propongo recordar, en primer lugar, que los recientes episodios de terrorismo galleguista no son hechos aislados ni inexplicables, sino que hunden sus raíces en una ideología racista y expansionista y continúan una ya larga tradición de violencia. El problema se agrava, además, por la laxitud de las autoridades a la hora de poner fin a los brotes de violencia política galleguista.

El galleguismo, una ideología racista y expansionista

El que puede considerarse teórico fundacional del nacionalismo gallego, Vicente Risco, era tan racista como Sabino Arana, y mucho más antijudío. Antes de la aparición del nazismo en Europa, Risco sostenía afirmaciones del siguiente tenor[1]:

"Es un hecho que no se puede discutir seriamente que en el pueblo gallego hay un predominio marcado del elemento rubio centro europeo, como no sucede en ningún otro pueblo de la Península. En la población rural se advierte que todos los chicos son blancos como la nieve con el cabello rubio, casi albino".

"La raza gallega sigue siendo la vieja raza céltica, mezclada con iberos, romanos y germanos, pero imponiéndose los caracteres celtas por encima de todos los demás. Es, por lo tanto, la menos ibérica de la Península y con estrechos parentescos étnicos fuera de España".

Cuando ya era evidente la derrota de Hitler en la Guerra Mundial, y mientras los judíos eran perseguidos en Europa, Risco publicó una historia de los mismos[2] de un antijudaísmo tan llamativo que hasta un intelectual nacionalista muy próximo a los movimientos violentos, el escritor Xosé Luis Méndez Ferrín, ha llegado a decir que aquél fue "el más contumaz intelectual antijudío de Galicia"[3]. Como recuerda Méndez Ferrín, Risco afirmaba que los judíos se delatan por su expresión inquieta y a menudo recelosa y dolorosa, por su andar tímido, torpe o sinuoso, por la gesticulación vulgar o excesiva, por su escasa fuerza muscular y por su predisposición a las dolencias cutáneas y nerviosas, la demencia y el suicidio. Asimismo, sostenía que el judío es "cobarde, engañoso, lleno de doblez", que pierde la dignidad en las desgracias y que es un "resentido".

Como otros nacionalismos agresivos, el gallego ha desarrollado un discurso irredentista que incluso ha merecido una teorización[4]. El problema de teorizar con el irrendentismo es que se puede proveer de nuevos argumentos a los terroristas. El grupo Nós-Unidade Popular (del que se hablará más tarde) ya ha editado un mapa de Galicia que incluye los territorios irredentos, cinco comarcas de Asturias y Castilla-León; un mapa que emplean profesores de enseñanza secundaria en muchos centros de Galicia[5].

El terrorismo galleguista: un fenómeno que no es nuevo

La expresión "terrorismo galleguista" no es usual; de hecho, aparece por primera vez en octubre de 2007, en el blog liberal gallego Radikales Libres[6]. Considero que es tan útil y clarificadora como la expresión homóloga "terrorismo sabiniano" para aludir al nacionalista vasco. Es un hecho que en las provincias vascas el terrorismo pretende imponer por la violencia la ideología nacionalista; lo mismo ocurre en Galicia.

El terrorismo galleguista no es un fenómeno nuevo. En la década de los 70 había voces dentro de la Unión do Povo Galego (UPG) que hablaban de la "necesidad" de proceder a la "lucha armada" en el marco de la "revolución nacional-popular". Ya entonces, este grupo contó con el apoyo de los terroristas nacionalistas vascos, concretamente de la ETA (p-m). La UPG se dotó de un brazo armado, conformado por no más de diez personas, que realizó varios atracos. El grupo se vino abajo cuando, el 12 de agosto de 1975, la policía mató a Xosé Ramón Neboiras Noya (Moncho Reboiras), integrante del Comité Central y del Comité Ejecutivo de la UPG, y detuvo a cuatro miembros del mismo; los demás huyeron a Portugal.

Poco después, en 1978, se produce una escisión en la UPG de la que surge la Unión do Povo Galego-Liña Proletaria y, posteriormente, el Partido Galego do Proletariado (PGP), ambos independentistas. EL PGP impulsó en 1980 la creación de Galiza Ceive-OLN (GC-OLN). Tras la disolución del PGP, en 1981, GC-OLN ocupó su espacio político, propugnando la independencia plena de Galicia, sin excluir la lucha armada para conseguirlo. De hecho, GC-OLN contaba con el grupo LAR (Loita Armada Revolucionaria), cuya primera acción (28-VII-1978) fue la quema de varios camiones en Santiago de Compostela. Después intentó asaltar, sin éxito, un polvorín en Noya. Más adelante perpetró un atraco en una sucursal de la Caja de Ahorros de Orense (atribuido a Antón Arias Curto) y colocó explosivos en las obras de Autopistas del Atlántico (17-IX-1979). En septiembre de 1980, LAR fue desarticulado y varios de sus miembros detenidos, entre ellos Arias Curto y Méndez Ferrín.

Pocos meses antes, en junio de 1980, un comando de ETA político-militar intentó secuestrar a Eulogio Gómez Franqueira, político orensano de la UCD y promotor de una exitosa cooperativa avícola (Coren). El secuestro (en el que, por cierto, iba a tomar parte Arnaldo Otegui, para esconder a la víctima en un piso franco de Valladolid) se frustró debido a que Gómez Franqueira disparó su escopeta sobre el cabecilla de sus agresores[7]. Para perpetrar esta acción, ETA iba a contar con apoyo galleguista. El 13 de junio, un concejal del BNG en el Ayuntamiento de Orense se negó a apoyar la moción que condenaba el atentado alegando que "no estaban claras las circunstancias"[8] del mismo. Días después se supo que un dirigente del movimiento ciudadano de Vigo, José Carlos Abal, estaba implicado en él[9].

Seis años más tarde, en 1986, nacerá el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC), integrado en un principio por militantes de GC-OLN y algún miembro de la UPG, que perpetrará unos noventa atentados (el último tuvo lugar el 13 de septiembre de 1991) y asesinará a dos personas[10]. El EGPGC fue prácticamente desarticulado por las Fuerzas de Seguridad entre 1989 y 1990, y desapareció en 1993. Su líder era el ex miembro de LAR Arias Curto. El terrorismo galleguista, sin embargo, siguió activo. Y en su continuidad desempeñó un papel muy importante el entorno de ETA, siempre deseoso de abrir otro frente en su lucha contra España.

A partir de 1997, varios grupos galleguistas van a destacar por su violencia; por ejemplo, la Assembleia da Mocidade Independentista (AMI), Nós-Unidade Popular (Nós-UP) y AGIR. El 27 febrero de ese año el diario ABC denunciaba que "organizaciones vinculadas al BNG" empezaban a "imitar" los "comportamientos de Jarrai". El referido diario aludía así al hecho de que la AMI tratara de boicotear concentraciones de apoyo a la liberación de Ortega Lara. Pocos meses después se identificó a varios jóvenes gallegos que intentaban repartir propaganda proetarra[11]. La AMI aseguró entonces que "sólo intercambiaba propaganda" con Jarrai[12]. Dos años más tarde, en mayo de 1999, y siguiendo el modelo de lucha de Jarrai, esta organización independentista gallega emprendió una campaña de intimidación contra los comerciantes para que no vendieran productos "españolistas". Varios investigadores constataron la tutela que efectuaba el grupo terrorista nacionalista vasco sobre sus camaradas gallegos[13].

En 2001 Nós-UP invitó a una delegación de Batasuna a celebrar el Día de Galicia. En noviembre de ese mismo año, 17 camiones de las obras de la Cidade da Cultura de Santiago aparecieron con botellas de líquido inflamable en su interior. Los explosivos fueron detectados a tiempo y no hubo daños. Al principio se barajó que el intento de atentado estuviera relacionado con un conflicto laboral, pero el portal www.galizalivre.org recogió una reivindicación anónima que calificaba la acción de política. En diciembre se registraron en la comunidad gallega varios ataques terroristas de baja intensidad, en la estela de lo que se conoce como kale borroka[14]. Así, los juzgados de Vigo fueron atacados con bombas incendiarias, mientras que el día 12 unos militantes de AGIR agredieron a un estudiante afiliado a las Juventudes Socialistas. Por otra parte, en la localidad coruñesa de Laracha un centenar de personas acorraló a cuatro guardias civiles, y en Pontevedra fueron atacados dos vehículos del Instituto Armado.

El año 2002 también conoció los efectos de la violencia galleguista. El 12 de febrero, coincidiendo la celebración en Santiago de una cumbre de ministros de Interior y Justicia de la UE, un militante de la AMI quemó un cajero automático de la ciudad, causando daños por valor de 24.000 euros[15]. En abril, el miembro de la dirección de la AMI Uxío Caamaño fue detenido por retirar una bandera española de un edificio público. El Día del Apóstol (de la "Patria Galega" para los nacionalistas), miembros de Nós-UP quemaron una bandera de España en un acto al que asistió una delegación de Batasuna.

La violencia se recrudeció en 2003. En la madrugada del 4 de abril fueron atacadas las sedes del PP de Pontevedra y Moaña, así como la Dirección General de Estructuras Pesqueras de la Junta de Galicia, sita en Santiago[16]. AGIR había organizado, para la semana siguiente (11 de abril), un concierto en la capital gallega en el que estaba previsto participaran el grupo navarro Berri Txarrak y el catalán Inadaptats, ambos próximos al independentismo violento. Luego de que prohibiera la celebración del mismo, el concejal de Seguridad Ciudadana fue rodeado, insultado y escupido por elementos radicales[17].

Los episodios violentos registrados el Día del Apóstol fueron más graves que los acaecidos el año anterior. Esta vez fueron al menos cinco entidades bancarias y dos oficinas de empresas telefónicas las atacadas. Asimismo, en algunos puntos se levantaron barricadas con neumáticos incendiados. En la celebración independentista participaron personas del entorno etarra venidas del País Vasco para la ocasión. Eso sí, el concejal socialista de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Santiago no tuvo reparos en afirmar que se trataba de un "hecho aislado"[18].

Todo este proceso violento cristalizará en la creación de un nuevo grupo o marca terrorista, Resistência Galega (RG), que algunos insinúan tiene por ideólogo a Arias Curto y del que forman parte Antom García Matos, alias Toninho, y Uxío Caamaño. El 20 de julio de 2005 aparece el "Manifesto da Resistência Galega", un documento en el que se reivindican varios de los ataques que hemos venido citando.

En vísperas del Día del Apóstol de 2005, un comando conformado por Caamaño, Xiana Rodríguez y Álvaro Franco Silva colocó una bomba en un cajero automático de Caixa Galicia en el centro de Santiago. Meses más tarde, el 14 de noviembre, la Guardia Civil detiene, en el marco de la Operación Castiñeria, a diez militantes de la AMI, entre ellos Toninho, que tiempo atrás había sido condenado por pertenencia al EGPGC.

En febrero de 2006, la responsable de comunicación de la AMI, María Osorio, justificó la violencia con un argumento muy en la línea de los que suele esgrimir ETA: como existe un "conflicto", es "obvio" que hay violencia de "las dos partes"[19]. El 24 de junio se colocan tres explosivos en las obras de la autovía Santiago-Cacheiras y Santiago-Brión. En septiembre, en Portugal, la Policía descubre, junto con propaganda de RG, 26 bombas preparadas para ser colocadas en España. El 15 de octubre, en un acto de la AMI se procede a quemar una bandera de España.

La celebración del Día del Apóstol por parte del galleguismo radical tuvo menos eco mediático en 2007 que en otros años. No obstante, y a pesar del impresionante despliegue policial en la capital gallega, militantes de la AMI hicieron pintadas, rompieron lunas de varios establecimientos, quemaron contenedores y agredieron salvajemente a un profesor de la Universidad de Santiago[20].

A lo largo del citado año, RG colocó varias bombas en Galicia: el 23 de marzo, en Nigrán; el 9 de mayo, en Cangas; el 15 de mayo, en el polígono del Ceao, en Lugo, y días más tarde en las obras del AVE en Santa Lucía, cerca de Santiago. El 25 de septiembre explotó otra bomba cerca de la planta de gas que la empresa Reganosa tiene en Mugardos (La Coruña), atentado que reivindicará RG el 4 de octubre. El 13 del mismo mes estalló un explosivo en una sucursal bancaria de Santiago, y otro más el día 15 de noviembre en una inmobiliaria de Cangas. Por otra parte, el Día de la Constitución cuatro miembros de Nós-UP quemaron una foto del Rey durante una manifestación (poco concurrida, es cierto) celebrada en Vigo. El año pudo terminar peor si la Policía no hubiera desarticulado un comando conformado por tres personas que pensaba hacer estallar una potente bomba en Portosín (La Coruña)[21]. Dos de los detenidos habían apoyado anteriormente a la organización etarra Jarrai[22].

El año 2008 comienza con un robo de explosivos en la localidad portuguesa de Valença do Miño que la Policía atribuye a RG. Poco después, el 8 de febrero, estalla una potente bomba en una inmobiliaria de Miño (La Coruña). El 19 del mismo mes, la Policía descubre un zulo en Aríns, cerca de Santiago, con explosivos de RG.

Si grave es la progresiva radicalización del terrorismo galleguista, no menos preocupante es la respuesta de ciertos jueces ante semejante amenaza. El episodio más vergonzoso se produjo cuando, en noviembre de 2005, las Fuerzas de Seguridad lanzaron la Operación Castiñeira, en el curso de la cual, como ya hemos comentado, se detuvo a diez miembros de la AMI. Los detenidos fueron conducidos ante la Audiencia Nacional, pero el juez Pedraz, tras tomarles declaración (ninguno quiso contestar a sus preguntas), les puso en libertad alegando que su actividad era delictiva (asociación ilícita) pero no terrorista, por lo que la competencia del caso recaía en el juez de instrucción de Santiago. El conflicto de competencias lo resolvió el Tribunal Supremo a favor de la Audiencia Nacional. Pero el hecho es que Pedraz puso en libertad al peligroso Toninho, que pronto se fugó, para esconderse, según parece, en Portugal, desde donde sigue dirigiendo la actividad terrorista galleguista[23].

Laxitud ante la violencia

El fenómeno terrorista se ha visto beneficiado de la laxitud de las autoridades académicas ante los brotes de violencia galleguista. Como no podía ser de otra forma, con esta manera de proceder no han conseguido abortar el proceso de reclutamiento de jóvenes para la causa del galleguismo violento.

Bajo el rectorado de Darío Villanueva, en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) se produjo una sucesión de hechos cada vez más violentos por los que sólo se expulso a un alumno. El 8 de noviembre de 1999 el grupo Estudiantes Independentistas (EI), que cuenta con el reconocimiento oficial de la USC, secuestró (según la terminología empleada por el propio grupo) la Gaceta Universitaria por "españolista". Los secuestradores incluso posaron para la prensa, a cara descubierta, con los ejemplares secuestrados[24]. La referida publicación también fue secuestrada en la Universidad de Vigo. No consta que los rectorados de ambas universidades sancionase por ello a nadie.

En enero de 2000 varios profesores de la USC que daban sus clases en español recibieron una carta de EI donde se les conminaba a la "total galeguizaçom" de su trabajo; "em caso contrário, se a desposta for nula –añadía la misiva– informamo-lo/a de que a comunidade universitária ver-se-á obrigada a proceder con acçons mais contundentes contra a súa docência". No consta que el Rectorado sancionase a nadie. El 11 de mayo, miembros de EI y de grupos similares se dirigieron al Colegio Fonseca y destrozaron una exposición[25], tras perpetrar otros actos vandálicos en el centro histórico de la ciudad. El Rectorado denunció los hechos ante el fiscal jefe, pero no consta que sancionase a estudiante alguno. El 26 de octubre, miembros de AGIR provocaron destrozos en una sede del Partido Popular.

El 18 de enero de 2001 la Facultad de Periodismo de la USC acogió una conferencia de una militante de Haika (grupo sustituto de Jarrai) que se hacía llamar Izaskun Galarza. No consta que el Rectorado sancionase a nadie. El decano, el galleguista Xosé López, justificó el uso de instalaciones de la facultad para la celebración de la conferencia de marras en el "respeto" a la "libertad de expresión"[26]. Por su parte, el Rectorado dijo no saber nada del acto. Izaskun Galarza resultó ser en realidad Olatz Carro Boado, que acabaría siendo condenada por el Tribunal Supremo en enero de 2007 por un delito de terrorismo. Al día siguiente, Izaskun Galarza/Olatz Carro fue invitada a pronunciar otra conferencia en la Galería Sagardelos de Pontevedra, una institución cultural galleguista.

En este clima de absoluta impunidad, el 24 de enero de 2001 AGIR proyectó en la Facultad de Geografía e Historia un video de Pepe Rei en el que aparecían varios periodistas del País Vasco que han sido víctimas de ETA. El decano se inhibió. Lo mismo hizo, el 24 de abril, el de la Facultad de Humanidades de Orense.

El 25 de abril, el decano de la Facultad de Geografía e Historia prohibió una conferencia de un radical abertzale organizada por AGIR. Sin embargo, treinta galleguistas violentos tomaron el aula de Historia para celebrarla y vetaron la entrada de los periodistas. No consta que ningún estudiante fuera sancionado[27]. AGIR no tuvo problemas para presentarse (y obtener representantes) en las elecciones al Claustro de la USC celebradas en esos días[28].

El 2 de mayo, tres estudiantes encapuchados –eso sí, acompañados de un fotógrafo– tapiaron la puerta del despacho del catedrático de Derecho Constitucional de la USC Roberto Blanco Valdés, sobre la que colocaron un cartel que rezaba: "Profesor anti-galego: o estudantado fecha-che as portas"[29]. AGIR distribuyó unas octavillas en las que justificaba su acción diciendo que se trataba de un "acto simbólico" y que el profesor coaccionado aprovechaba sus clases para "fazer apología do españolismo mais radical e criminaliçar o nacionalismo até a exasperaçom". Al día siguiente, el Rectorado expresó su "condena"[30] por lo sucedido, y aunque informó a la Fiscalía del ataque[31], no consta que sancionase a ninguno de sus autores.

Entre el otoño de 2001 y la primavera de 2002, la demagogia izquierdista contra la LOU (Ley Orgánica de Universidades) fue la excusa perfecta para desatar una inusual ola de violencia. En diciembre de 2001 la dejadez universitaria explotó contra sus responsables y dio lugar a uno de los episodios más bochornosos de la historia de la universidad compostelana.

El día 14 varios estudiantes entraron en el despacho del rector y se encerraron en el mismo. Villanueva firmó entonces una "petición" para que la Policía los desalojara; ahora bien, la USC no presentó denuncia alguna por los hechos. Fueron los policías que procedieron al desalojo quienes cursaron la denuncia, por lo que se siguió un juicio de faltas contra los responsables[32], pero no me consta que la USC tomara medidas disciplinarias contra ellos. Es importante indicar que el sindicato estudiantil ligado al Bloque Nacionalista Galego, los llamados Comités Abertos de Facultade (CAF), apoyó a los encausados.

El día 18 un centenar de estudiantes galleguistas extremistas irrumpieron en una reunión del Claustro. Cuando el rector anunció que se suspendía la sesión, los alborotadores bloquearon las puertas de salida. Como para las autorices académicas existe el extraño tabú de que, pase lo que pase, no se debe llamar a la policía, Villanueva decidió esperar a que su equipo planease la huida del recinto. Como no era la primera vez que, ante una situación de tensión, el rector se iba por la puerta de atrás, los estudiantes previeron esa reacción y le sorprendieron. Fue entonces que Villanueva salió corriendo, con los estudiantes detrás de él. Cuando el rector se refugió en el Colegio Mayor San Clemente, sus perseguidores procedieron a tomar la recepción del mismo. Veinte minutos más tarde, un grupo de violentos sorprendió a Villanueva gateando, junto a una compañera de su equipo de gobierno, mientras intentaba atravesar agachado una terraza que comunica los colegios San Clemente y Fonseca para, desde éste, acceder a un coche. Todo ello, insisto, sin que nadie llamase a la policía.

Tras un intento de fuga fracasado, el rector salió finalmente del Colegio Fonseca por la parte trasera, rodeado por su gente. Los radicales se percataron, bloquearon con dos contenedores el paso del coche y abordaron al grupo que protegía a Villanueva[33].

El Juzgado de Instrucción nº 1 de Santiago instruyó las diligencias previas. Sin embargo, no me consta que los acosadores del rector fueran sancionados por la universidad. Es más: dos centenares de profesores de la USC (entre ellos algunos que formaban parte del Equipo de Gobierno cuando el ataque a María San Gil) solicitaron la paralización de los procesos judiciales iniciados por los hechos acaecidos en el Rectorado y en el Claustro[34]. También en esta ocasión el sindicato estudiantil del BNG mostró su apoyo a los encausados.

En abril de 2002 el Rectorado decide abrir un expediente disciplinario a un alumno galleguista de Historia, miembro de AGIR, que había agredido a una estudiante de Económicas por no hablar gallego[35]. En un caso único, el susodicho fue expedientado y expulsado de la USC[36]. El 20 de mayo un grupo galleguista radical procedió a tapiar las puertas de los despachos de los decanos de Ciencias Políticas y Farmacia, así como de los despachos del rector y de la vicerrectora de Estudiantes.

En el curso 2002-2003 también se registraron episodios de violencia. Así, por ejemplo, el 4 de noviembre unos militantes de AGIR irrumpieron en un curso organizado en la Facultad de Derecho por el Instituto de Estudios Estratégicos[37].

El capítulo de agresiones se cierra, de momento, con la sufrida por María San Gil el 12 de febrero de 2008. Tampoco entonces las autoridades académicas emprendieron acciones disciplinarias contra los agresores; lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta que dos de los vicerrectores (Torres y Fernández) firmaron en enero de 2001 un "Manifiesto en defensa de la paz, las libertades y el diálogo" en el que se declaraba que, "en el ámbito resultante de la violencia [de ETA]", se estaba produciendo "una estrategia minuciosamente programada desde el Partido Popular de involución en la vigencia de los valores y de los logros democráticos", "una progresiva implantación de un clima de intolerancia inquisitorial" y un "ataque a las identidades nacionales existentes y reconocidas, esto es, a los derechos colectivos de los pueblos que constituyen el Estado Español"[38].

También se han registrado violaciones de la legalidad en la Universidad de La Coruña. El 14 de octubre de 2002, el diputado del BNG Francisco Rodríguez fue invitado por los CAF a dar una conferencia en la Facultad de Derecho. Allí, con el consentimiento del diputado Rodríguez, se retiró el retrato del Rey y las banderas de España y Galicia, que fueron sustituidas por una bandera gallega con una estrella roja[39].

La violencia ha alcanzado asimismo los centros de secundaria. Así, en 2003 un grupo de alumnos pertenecientes a la AMI encerraron a una profesora de Química y Física del Instituto de Ames (La Coruña). La profesora fue objeto de una persecución política por cometer el delito de enfrentarse a este grupo retirando sus carteles violentos y borrando sus pintadas[40]. No consta que los acosadores fueran sancionados por los del centro.

Sería un error pensar que sólo las autoridades universitarias han impedido que el virus del terrorismo galleguista siguiera expandiéndose. Los jueces también han tenido su cuota de responsabilidad. En 2001, la jueza sustituta del Juzgado de Instrucción nº 4 de Santiago de Compostela, Amelia María Cortizo Moure, desmarcándose del precedente sentado por su homólogo del nº 2, absolvió a unos militantes de Nós-Unidade Popular que habían sido detenidos por realizar, el 15 de junio de 2000, un mural en la zona monumental de la ciudad. El argumento de la juez fue que los acusados no tenían intención de dañar el patrimonio porque "habían solicitado el permiso" para hacer el mural; permiso por el que no esperaron y que les fue denegado dos días después de que ejecutaran su obra[41].

Como ya hemos visto, en noviembre de 2005 el juez Pedraz puso en libertad a los detenidos en el marco de la Operación Castiñeira, circunstancia que éstos aprovecharon para fugarse. El servicio de inspección del Consejo General del Poder Judicial ordenó la apertura de una "información previa" para esclarecer los hechos. En conversación con varios periodistas, Pedraz declaró que tanto él como la Fiscalía, representada por el fiscal Ignacio Gordillo, consideraron que el único delito que podía imputarse a aquéllos era el de asociación ilícita, no el de terrorismo, y que por eso se ordenó su puesta en libertad[42]. Parece que el juez Pedraz no se había enterado todavía de que el terrorismo galleguista existía y de que Toninho era uno de sus principales dirigentes. Parece que el CGPJ no ha sancionado por este episodio al juez Pedraz.

La laxitud ante el terrorismo ha sido igualmente fomentada por los medios. En primer lugar, han tendido a ocultar, en la medida de lo posible, la autoría de los ataques terroristas. Los medios nacionales no han solido publicar noticias sobre los atentados galleguistas. Sólo los medios gallegos lo han venido haciendo, pero ocultando, mientras les ha sido posible, la autoría. Muchas veces se han hecho eco de la autoría de los atentados días después de haberse producido éstos, y sin darle mucha relevancia. De hecho, también suelen han tendido a quitar importancia a los propios atentados. Así, periódicos como El Correo Gallego podían informar sobre la festividad del Apóstol relegando a las zonas inferiores de las páginas pares (menos importantes) los actos violentos registrados durante la jornada. Por otro lado, han utilizado el lenguaje para reducir la alarma social ante el terror. De ahí que hablen, por ejemplo, de "artefactos" en lugar de bombas.

Conclusión

El proceso de radicalización violenta del galleguismo es una realidad, y no es muy diferente del que ha llevado a las provincias vascas a la situación por todos conocida. Hasta ahora, tanto los medios de comunicación como las autoridades han adoptado la táctica del avestruz, intentando a toda costa rebajar el alcance de la amenaza. La cuestión es que una ideología que ab imis fundamentis es racista y expansionista tiene una predisposición considerable a resultar violenta. Es evidente que el terrorismo en Galicia tiene una ideología galleguista. Y es igualmente evidente que el terrorismo de raíz sabiniana está intentando por todos los medios abrir un nuevo frente en Galicia en su lucha contra el "Estado Español".

Ha llegado el momento de decir que las aportaciones más valiosas de Galicia a la política y a la cultura son, justamente, las que no son galleguistas. Y no sólo porque sea verdad, sino porque es lo que puede garantizar un futuro pacífico en Galicia. Por eso es urgente reconducir el discurso político de los partidos que no se proclaman expresamente nacionalistas (PSOE y PP). A partir de ahí será posible cortar la raíz que alimenta la hidra del terrorismo galleguista. Sin una previa afirmación de la inanidad cultural del galleguismo resultará mucho más difícil enfrentarse a su desarrollo último, el terrorismo de raíz galleguista.



[1] Departamento de Filología Galega, Escolma de Vicente Risco, Universidad de Santiago de Compostela, 1981, p. 29 [Extractos tomados de Vicente Risco, Teoría do Nacionalismo Galego, A Cruña, 1920].
[2] Vicente Risco, Historia de los judíos desde la destrucción del templo, Gloria, Barcelona, 1944 (reeditada en 1960).
[3] Xosé Luis Méndez Ferrín, "Fedor xudaico", Faro de Vigo, 6-I-2008 [puede consultarse en http://www.blogoteca.com/outravision/index.php?cod=29643].
[4] Álvaro Xosé López Mira, A Galicia irredenta, Xerais, Vigo, 1998.
[5] El Correo Gallego, 17-X-2006: "Malestar en Castilla-León por un mapa de Galicia que incluye municipios de Sanabria y Asturias".
[6] http://radikaleslibres.blogspot.com/2007/10/y-el-terrorismo-galleguista-sigue.html
[7] El País, 12-VI-1980: "ETA-pm se responsabiliza del intento de secuestro de Gómez Franqueira".
[8] El País, 14-VI-1980: "Prosiguen las investigaciones sobre el secuestro fallido de Gómez Franqueira".
[9] El País, 14-VI-1980 (ibid.) y 20-VI-1980: "Identificados los comandos de ETA-pm que intervinieron en las acciones contra Franqueira y Serra".
[10] El guardia civil Benedicto García Ruzo (en 1989, en Irixoa, La Coruña) y la joven Mercedes Rodríguez Domínguez (en 1990, en el atentado contra la discoteca compostelana Clangor, en el que también perdieron la vida dos terroristas).
[11] ABC, 4-V-1997.
[12] La Voz de Galicia, 16-V-1997.
[13] La Voz de Galicia, 25-I-2000.
[14] ABC, 31-XII-2001: "Grupos independentistas extienden la kale borroka a Galicia".
[15] La Voz de Galicia, 4-IV-2002: "Detenido un miembro de AMI por quemar un cajero en la cumbre de la UE".
[16] elmundo.es, 4-IV-2003: "Cócteles molotov contra dos sedes del PP en Pontevedra y un local de la Consellería de Pesca".
[17] El Correo Gallego, 11-IV-2003.
[18] El Correo Gallego y La Voz de Galicia, 26-VII-2003.
[19] La Opinión de Coruña, 17-II-2006.
[20] El Correo Gallego y La Voz de Galicia, 26-VII-2007.
[21] Faro de Vigo, 15-XII-2007: "La Guardia Civil aborta un atentado en Portosín y detiene a tres independentistas".
[22] La Razón, 15-XII-2007; La Opinión de Coruña, 16-XII-2007
[23] El Correo Gallego, La Voz de Galicia, 16-XI-2006
[24] El Mundo (edición de Galicia), 9-XI-1999.
[25] El Correo Gallego y La Voz de Galicia, 12-V-2000.
[26] El Correo Gallego, 18-I-2001.
[27] El Correo Gallego, 27-IV-2001.
[28] La Voz de Galicia, 27-IV-2001.
[29] El Correo Gallego, 3-V-2001.
[30] El Correo Gallego, 4-V-2001.
[31] El Correo Gallego, 9-V-2001.
[32] La Voz de Galicia, 24-IV-2002.
[33] La Voz de Galicia, 19-XI-2001.
[34] La Voz de Galicia, 24-IV-2002.
[35] ABC, 20-IV-2002.
[36] La Voz de Galicia, 20-VIII-2002.
[37] El Correo Gallego, 5-XI-2003.
[38] La Voz de Galicia, 21-II-2001.
[39] La Voz de Galicia, 20-X-2002.
[40] El Correo Gallego, 4-VI-2003.
[41] El Correo Gallego, 28-XI-2001.
[42] El Correo Gallego, 11-IX-2006.

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