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FIGURAS DE PAPEL

Maquiavelo y la Mestiza

Decía  André Maurois, quien sabía de estas cosas, que escribir biografías era un arte semejante al de pintar retratos. Una vez verificados los hechos y confrontada la documentación estudiada, el biógrafo debía dar un paso al costado y, así, permitir la aparición del artista.  

Decía  André Maurois, quien sabía de estas cosas, que escribir biografías era un arte semejante al de pintar retratos. Una vez verificados los hechos y confrontada la documentación estudiada, el biógrafo debía dar un paso al costado y, así, permitir la aparición del artista.  
Este, gracias a su pluma, podía devolver la vida a un hombre, a mujer, y su época. Las biografías de personajes famosos cuentan con un vasto grupo de lectores, razón por la cual se suceden los libros que recorren (algunos con amenidad y erudición, otros no tanto) vida y milagros de variados personajes de la historia.
 
Entre estas recientes ediciones tenemos a mano Maquiavelo, un título clásico, debido nada menos que al prolífico Maurice Brion, autor de más de veinte biografías. Nacido en 1895, y fallecido en 1984, fue miembro de la Academia Francesa. Baste recordar que también escribió varias novelas. Pues bien, en estas páginas, el conocido historiador recrea la Florencia del Renacimiento, sus vínculos con Italia y Europa, la mercantilización del poder como mecanismo para acceder al gobierno, el surgimiento de una clase social que consideraba la guerra como sistema lucrativo. Y, en medio de ese mundo, encontramos a Maquiavelo, a quien Brion describe como: personaje extraordinariamente lúcido, curioso, por momentos genial, y dueño de escandalosa discreción. Era, asimismo, alguien capaz de mirar el retablo en torno y sus protagonistas políticos en profundidad, de manera enteramente independiente. El hervidero de situaciones en las cuales va y viene este personaje tan famoso, en un mundo cargado de intereses políticos y sociales, seguramente traerá a la memoria del lector no pocas situaciones que han tenido, en ellas, una suerte de espejo a lo largo de la historia.
 
Otro extremo: el libro La mestiza de Pizarro, de Álvaro Vargas Llosa (nacido en Perú en 1966, hijo del celebrado novelista). El autor, entre otros libros, escribió El manual del perfecto idiota latinoamericano, en forma conjunta con Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner.
 
Esta vez, Álvaro Vargas Lllosa se abisma en el pasado para rescatar la figura de Francisca, la hija (mestiza) de Pizarro; ésta nació como fruto de los amores entre el conquistador y la princesa inca Inés Huaylas. La narración, fruitiva y documentada, procura mostrar cuanto sucedía ante los ojos de aquella joven heredera a través de diversos momentos de singular importancia en la historia de la España, así como de la conquista del Perú. Por esa vía, tenemos conocimiento de los enfrentamientos entre conquistadores, las divisiones indígenas, la constitución del poder virreinal, entre otros capítulos de interés. El biógrafo sigue, minucioso, los pasos de Francisca, mujer que terminaría contrayendo matrimonio, de manera inesperada, en la Península, y entregada con pasión a la reconstitución del honor y el patrimonio de los Pizarro. El sorprendente final que tuvo es, acaso, el que correspondía a su novelesca vida.
 
Maurice Brion, Maquiavelo, Vergara, 2003,
Álvaro Vargas Llosa, La mestiza de Pizarro, Alfaguara, 2003.
 
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