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DISEMINADOR DEL ESTATALISMO

Llegó la hora de cerrar el FMI

Brasil anunció, a bombo y platillo, que cancelará toda su deuda con el Fondo Monetario Internacional, 15.500 millones de dólares, adelantando vencimientos que se extendían hasta 2007. Pero esto representa apenas el 7% de su deuda externa: 226.000 millones. La interna alcanza los 200.000 millones. Pero llama la atención el supuesto "ahorro" con ese pago adelantado, ya que Brasil buscará nuevos préstamos, a tasas más altas (alrededor del doble de lo que cobra el FMI).

Brasil anunció, a bombo y platillo, que cancelará toda su deuda con el Fondo Monetario Internacional, 15.500 millones de dólares, adelantando vencimientos que se extendían hasta 2007. Pero esto representa apenas el 7% de su deuda externa: 226.000 millones. La interna alcanza los 200.000 millones. Pero llama la atención el supuesto "ahorro" con ese pago adelantado, ya que Brasil buscará nuevos préstamos, a tasas más altas (alrededor del doble de lo que cobra el FMI).
Sede del FMI.
Su deuda con el FMI sumaba, para noviembre de 2003, 33.700 millones de dólares. En marzo de 2005 Lula decidió no renovar el acuerdo, tras devolver unos 14.000 millones. Así, pudo evitar los monitoreos en materia fiscal e inflacionaria del organismo. Claramente, Lula intenta cambiar el rumbo para llegar a las elecciones y renovar su mandato con más populismo, es decir, más déficit estatal y todavía menos respeto por el sector privado (los ciudadanos).
 
Claro que el pago se hará con reservas monetarias que rozan los 67.000 millones de dólares, extraídas de los muy sufridos ciudadanos de múltiples formas. Primero, gracias al superávit comercial (40.000 millones en 2005), basado en un dólar caro (2,26 reales por dólar, aun cuando, forzada por el mercado, la moneda local se apreció un 17% en 2005), que perjudica a los brasileños que pagan más por los insumos importados y financian, por vía de emisión monetaria, las compras de dólares que realiza el Gobierno. Segundo, mediante el ajuste fiscal (léase, la brutal presión impositiva sugerida por el FMI). Y tercero, mediante los ingresos a la cuenta de capital. Irónicamente, para "contrarrestar la inflación", el Gobierno mantiene artificialmente su tasa básica de interés en el 18,5% anual (la más alta del mundo), impidiendo cualquier crédito razonable.
 
La vicejefa del FMI está "impresionada" por los progresos de la economía brasileña. Vaya impresión, ya que el propio Gobierno afirma que, si bien la economía habría crecido un 5% durante 2005, termina el año cayendo el 1,2% durante el tercer trimestre. Pero lo preocupante es que, siendo Brasil un gran exportador de productos agrícolas, y a pesar del muy publicitado programa Hambre Cero, el hambre real existe entre la población en una magnitud vergonzosa.
 
Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva.Por los mismos motivos populistas que Lula, sorpresivamente el presidente Kirchner de Argentina, que no podía ser menos, anunció que antes de fin de año cancelará toda su deuda con el FMI, 9.810 millones de dólares (el 9% de la deuda total del país, que alcanza los 126.400 millones). El pago se hará con reservas del Banco Central, que tiene 26.800 millones de dólares. El pago adelantado permitirá ahorrar 842 millones en intereses.
 
La gran ironía es que la izquierda "anti FMI" argentina ha pagado puntualmente todo a ese organismo, mientras que entró en cesación de pagos con la deuda extranjera privada, sobre la cual posteriormente desconoció el 75%, afectando a muchos jubilados, que se quedaron con papeles que ahora valen una cuarta parte. Argentina pagó desde 2001 por intereses y vencimientos de capital al FMI, al Banco Mundial y al BID más de 15.000 millones de dólares, mientras robaba descaradamente a cientos de miles de jubilados.
 
El FMI lanzó un plan para reducir lo más posible el monto de dinero que tiene prestado, preocupado por el elevado riesgo de prestar a países en crisis. El 80% de sus préstamos fue a cinco países, que si dejan de pagar le provocarían un desastre.
 
Tras el pago de Brasil y Argentina, como primer deudor queda Turquía, con 15.000 millones de dólares. Con el pago de Lula y Kirchner, en tres años y medio el FMI habrá cobrado más de 55.000 millones. El primero fue Rusia, que canceló toda su deuda. Le siguieron Brasil y Argentina. Turquía hizo pagos por el 40% de la deuda.
 
Así, gracias a gobiernos populistas que "odian al FMI" por razones más bien propagandísticas, aunque también porque pretenden políticas todavía más estatistas que las apoyadas por esos organismos multilaterales, el FMI está recuperando gran parte de los fondos prestados. Es una buena oportunidad para devolver todo ese dinero a sus legítimos dueños, los contribuyentes, y cerrar definitivamente el FMI, liquidando de una vez y para siempre este organismo multiestatal que, como tal, de hecho financió y promovió tanto estatismo alrededor del mundo.
 
 
© AIPE
 
Alejandro A. Tagliavini, analista político argentino.

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