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BASTIÓN DE LOS LADRONES Y LOS TIRANOS

La ONU no tiene remedio

La última salida de Ted Turner en materia de asuntos públicos fue hace cosa de uno o dos meses, cuando rememoró sus agradables vacaciones en la Corea del Norte de Kim Jong Il (yo le mandé una postal que decía: "Ojalá siguieras allí"). Ahora anda a vueltas con lo de los ayatolás, y su idea es bastante clara: ¿por qué no debería Irán tener armas nucleares?

La última salida de Ted Turner en materia de asuntos públicos fue hace cosa de uno o dos meses, cuando rememoró sus agradables vacaciones en la Corea del Norte de Kim Jong Il (yo le mandé una postal que decía: "Ojalá siguieras allí"). Ahora anda a vueltas con lo de los ayatolás, y su idea es bastante clara: ¿por qué no debería Irán tener armas nucleares?
Sede central de la ONU.
"Son un estado soberano", dijo. "Nosotros tenemos 28.000. ¿Por qué no pueden tener ellos 10? No decimos nada de Israel –tiene 100, aproximadamente–, ni de la India, ni de Pakistán, ni de Rusia. Realmente, nadie debería tenerlas. Ninguna persona cuerda las emplearía".
 
Échele un vistazo a la alocución del presidente Ahmadineyad en las Naciones Unidas. Consistió principalmente en un puñado de topicazos de esos que tanto gustan a los lunáticos: que si la ONU es un títere del Gran Satán, que si América empezó la guerra entre Israel y Hezbolá, y por ahí seguido; y puso la guinda con una oración por el regreso del Duodécimo Imán, el denominado "Imán Oculto", o, por emplear sus propias palabras, "el justo, perfecto ser humano, el verdadero salvador que ha sido prometido a todos los pueblos y establecerá la justicia, la paz y la fraternidad en el planeta".
 
No se trata una mera plegaria abracadabrante. El año pasado Ahmadineyad le dijo al ministro indio de Exteriores que en un par de años todo iría como la seda, y su interlocutor entendió que se trataba del plazo en que los misiles iraníes estarían preparados para despegar. Según explicó el presidente iraní, al parecer se trata del tiempo de espera estimado para la llegada del Duodécimo Imán.
 
Ni el New York Times ni la mayoría de los demás medios mencionaron la traca final ahmadineyesca sobre el Duodécimo Imán. Cualquiera diría que América pasa bastante de la llegada del "justo y perfecto ser humano" en 2007. Como acabe haciendo acto de presencia según lo previsto, buena parte de los americanos se dirá: "¡Y yo con estos pelos!".
 
Mahmud Ahmadineyad.Pero volvamos a las declaraciones de Ted Turner sobre las armas nucleares: "Ninguna persona cuerda las emplearía". La Historia está trufada de milenaristas de uno u otro tipo, pero la nuestra es la primera época en que tienen la capacidad de hacer realidad sus deseos. El presidente Armagedón-ya es un apocalíptico que cuenta con un sistema de entrega. "El fin está cerca", dice el dicho. Hoy, lo que está cerca son los medios.
 
¿Qué hacer? Alan Dershowitz es un progresista de tomo y lomo, pero un tipo sensato, y, al contrario que la mayoría de sus colegas, reconoce la amenaza. ¿Y cuál es su gran idea? Dershowitz piensa que Irán debería ser expulsado de Naciones Unidas.
 
Efectivamente, estimado lector: es mucho más probable que el Duodécimo Imán se líe con Paris Hilton.
 
El presidente iraní cosechó un gran éxito en la ONU; sólo hubiera podido superarlo con unas animadoras emburkadas cantando a coro "Estamos en los albores de la era del miedo". Hace uno o dos años dije, a propósito de las Naciones Unidas, y como buen axioma básico, que si a un helado le añades mierda de perro, la mezcla sabrá más a lo segundo que a lo primero. Pues bien, los numeritos desplegados la semana pasada ante la Asamblea General son buena prueba de ello.
 
Ahmadineyad y Hugo Chávez fueron los finalistas estrella de Ídolo Antiamericano [1]. Necesitábamos al Simon Cowell [2] de turno, pero el único británico que había por ahí era el oleaginoso Mark Malloch Brown, representante de Kofi Annán, que agasajaba a cada pirado que se le ponía por delante. El resto de los peces gordos se comportó como Paula Abdul, capaz de detectar cosas buenas incluso en sujetos que se ufanan de no tener ninguna.
 
He aquí la realidad que los Dershowitz rechazan afrontar: que, por razones estructurales, la ONU posibilita que los criminales tengan más peso del que les corresponde.
 
A mayor abundamiento de lo expuesto en mi tesis del helado fecal, el presidente iraní completó su exitoso discurso con una visita al Council on Foreign Relations, donde dijo que a los palestinos se les está castigando por unos acontecimientos en los que nada tuvieron que ver: la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, "si es que realmente se produjo". En este sentido, afirmó que deben llevarse a cabo "más investigaciones no tendenciosas". Lo que son las cosas, un superviviente de Dachau, Morris Greenberg, se encontraba en la sala, y lo hizo saber. Entonces, el presidente Ahma-Tierra-Trágame se preguntó si Greenberg era lo bastante anciano para haber estado en Dachau.
 
Lo de Chávez fue todavía más morrocotudo, en parte porque se perdonó lo de la revisión del Holocausto, no se considera el telonero del Duodécimo Imán y está a partir un piñón con los puntos del discurso de la extrema izquierda americana: absolutamente todo es culpa de Bushitler. Denunció a Bush como "un imperialista, un fascista, un asesino, un genocida", incluso como "el demonio", sostuvo un ejemplar de uno de los infumables tochos de Noam Chomsky y, tachán, lamentó no poder encontrarse con el difunto profesor Chomsky.
 
Chomsky no está muerto, sino vivito y coleando. Aunque sí, es fácil quedarse con la impresión de que lleva 30 años muerto, pues no ha tenido una idea nueva desde principios de los 70.
 
Mahmud Ahmadineyad y Hugo Chávez.A todo esto, el senador demócrata Tom Harkin, de Iowa, concedió que el presidente Chávez estaba un poco acalorado, pero afirmó sentirse muy próximo a las líneas generales del discurso venezolano:
 
Permítanme decirlo así: puedo comprender la frustración, ah, y la ira que han provocado en ciertos pueblos del mundo las políticas del presidente Bush.

Claro, si Bush no les "frustrase", Chávez y Ahmadineyad gastarían una retórica tan blanda como la del primer ministro de Holanda.
 
Puede que sean noticias frescas para los tipos del Council of Foreign Relations y para los demócratas, pero la ONU ha confirmado esta semana pasada que es completamente incapaz de reformarse. De hecho, lo más probable es que cualquier reforma que se hiciese sólo consiguiera actualizar y mejorar las posiciones de los criminales y los déspotas. La propuesta más sensata de la semana llegaba de Chávez, que exigía que la ONU reconsiderara la posición de Venezuela. ¡Con un par!
 
Dershowitz haría mejor luchando por que América fuera expulsada de la ONU y, después, animándola a ingresar en un nuevo grupo de naciones serias en lo que hace a la defensa de la libertad: sería un club pequeño.
 
Jacques Chirac se desmarcó esta semana de la amenaza de sanciones contra Irán. Hace unos cuantos meses dijo por lo bajinis algo sobre bombardear con nucleares a los persas, pero ahora se doblega como... bueno, como árabes en sus jaimas no: en Europa están todo el día tanteándolos, pero ellos no tienen intención alguna de doblegarse.
 
Cualquiera que crea que la ONU es el organismo adecuado para mediar en lo relacionado con la nuclearización de Irán, o en cualquier otro asunto, está más engañado que Ahmadineyad. A este paso, el Duodécimo Imán va a ser el próximo secretario general de la cosa.
 
 
© MARK STEYN, 2006.


[1] Steyn juega aquí con el nombre de American Idol, la versión estadounidense de Operación Triunfo.
[2] Presentador de American Idol.
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