Mercedes Rico-Godoy ha demostrado que, en lugar de hacer anuncios absurdos de promoción de Internet para pagar algo más de dinero público a Imanol Arias y compañía, Francisco Ros debería empezar a reducir la brecha digital explicándoles como funciona la red a los demás miembros del gobierno. Así nos ahorraríamos el sonrojo que a cualquier internauta informado produce la terminante prueba que la directora general ha presentado para asegurarnos que la cadena COPE es responsable de la página gruporisa.com: que las páginas de la cadena aparecen en Google al buscar "grupo risa".
Si asumimos como verdadera la novedosa tesis "Rico-Godoy" sobre realidad en la red, llegaríamos a la conclusión de que el anteproyecto de ley integral de violencia de género es un desastre completo pues, al fin y al cabo, es ese texto el que aparece cuando se busca en Google "cúmulo de despropósitos". Espero que la directora general haga una declaración afirmando esta innegable realidad. Quizá deba considerar también que Moratinos trabaja para Libertad Digital, pues varios enlaces de este periódico aparecen cuando se busca su nombre. O que Kerensky no fue solo un político ruso de infeliz destino, sino también nuestro actual presidente del gobierno. Google emplea muchas características de las páginas a la hora de incluirlas en su catálogo y ofrecerlas como respuesta a nuestras búsquedas. Una de ellas es el nombre del dominio y el de la página; otra el texto con que se enlaza desde otros sitios web. Se calcula que emplea en total unos cien criterios de este tipo. Es evidente que la directora general parece ignorarlos todos.
También la tesis ofrecida el lunes por El País es como para dudar de la capacidad de sus periodistas, o quizá de su intención. Según estos sesudos analistas, si alguien compra un dominio en Internet con un nombre propio o una marca comercial, ese alguien es, por definición, el propietario de la marca o el sujeto cuyos progenitores pusieron ese nombre propio. No es por dar ideas, pero el dominio mercedesricogodoy.com está disponible cuando escribo estas líneas. Si a algún mastuerzo se le ocurriera comprarlo y vincularlo con, por ejemplo, la web de algún grupo terrorista islámico, ¿significaría eso que la directora general es la responsable de la página y, por tanto, debe ser encarcelada inmediatamente?
La arrogancia con que la directora general habla de Internet sin tener ni la más remota idea de cómo funciona nos hace sospechar que su iniciativa de gastar dinero público para que se enseñe en nuestras escuelas la "religión de la paz" dispone de una base teórica similar. O que cualquier iniciativa que tome o palabras que pronuncie a partir de ahora estan teñidas de similar ignorancia. Por eso, no bastan disculpas después del ridículo de esta noche. Que se vaya. Con Moratinos, a poder ser.