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ATAQUES A LA LIBERTAD

Gobiernos, constituciones y referendos

La victoria del no en el referendo francés sobre el proyecto de Constitución europea es la mejor noticia de los últimos días. La mayoría de los analistas interpretan el no como el triunfo de la extrema izquierda, que considera el proyecto de Constitución insuficientemente socialista, y de la extrema derecha, por su repudio a la inmigración proveniente de los países del este recién ingresados en la Unión Europea. En cualquier caso, el rechazo popular de una Constitución de 485 páginas que concentraría el poder en las hordas burocráticas de Bruselas es una verdadera bendición.

La victoria del no en el referendo francés sobre el proyecto de Constitución europea es la mejor noticia de los últimos días. La mayoría de los analistas interpretan el no como el triunfo de la extrema izquierda, que considera el proyecto de Constitución insuficientemente socialista, y de la extrema derecha, por su repudio a la inmigración proveniente de los países del este recién ingresados en la Unión Europea. En cualquier caso, el rechazo popular de una Constitución de 485 páginas que concentraría el poder en las hordas burocráticas de Bruselas es una verdadera bendición.
La situación nos invita a meditar sobre el desmesurado crecimiento de los gobiernos, la degradación de las constituciones y las amenazas a la libertad individual que representan los modernos referendos.
 
Yo tengo la dicha de vivir en uno de los países más libres del mundo, pero la electricidad que hace funcionar mi radiodespertador es regulada por la Federal Energy Regulatory Comisión, y tanto las ondas de transmisión como el contenido de los programas radiales son regulados por la Federal Communications Commission. La redacción de la etiqueta del colchón donde duermo fue dispuesta por la Consumer Product Safety Commission. Mi pasta de dientes, mi jabón, mis vitaminas y las etiquetas de mis alimentos son regulados por la Food and Drug Administration, y el café y la azúcar que consumo son además regulados por el Departamento de Agricultura, cuyo servicio de mercadeo infla el precio que pago por la leche, la mantequilla, el queso y el resto de productos lácteos, además de regular el tamaño de los huecos del queso suizo que me gusta. Esa misma oficina gubernamental se encarga de que pague precios más altos para subsidiar a los agricultores con buenos amigos en Washington. Es decir, en la primera hora de cada mañana ya he sufrido una exagerada intervención gubernamental en todo lo que hago y consumo.
 
Desde luego que Estados Unidos creció y la prosperidad se multiplicó cuando había mayor libertad individual y un costo infinitamente menor de leyes y regulaciones. Esa fue la gran suerte de este país y de otras regiones que han logrado un crecimiento económico espectacular. Parte de la tragedia latinoamericana es que se copiaron las regulaciones económicas, laborales y ambientales, además de los altos impuestos, de las naciones ricas siendo todavía pobres. Si Alemania y Francia no pueden ya sostener el Estado de Bienestar de la "tercera vía", ¿qué esperanza tiene América Latina, con constituciones y leyes diseñadas por políticos que dicen amar al prójimo pero nunca han producido otra cosa que "servicios sociales", a través de la redistribución del ingreso?
 
La nueva amenaza son los referendos. Los políticos y los pseudoempresarios que buscan apoyo gubernamental para proyectos que fracasarían en el libre mercado han encontrado en los llamados "referendos democráticos" la manera de conseguir lo que quieren: un estadio de béisbol, un "centavito" (1%) adicional de impuestos, más malas escuelas públicas y, en América Latina, hasta una nueva Constitución: la "bolivariana" de Chávez, que concentra todo el poder económico en los políticos que redactan las leyes, colocando en sus propias manos la repartición de la piñata "social".
 
Mientras aquí y allá siga creciendo el Gobierno se seguirá achicando la libertad individual bajo el falso pretexto del bienestar general.
 
 
© AIPE
 
Carlos Ball, director de la agencia AIPE y académico asociado del Cato Institute.
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