Menú

De la Rúa, Chávez...¿Duhalde?

Hace unos días se dieron a conocer a la opinión pública algunos datos preocupantes de la realidad económica argentina, que dan la impresión de que hasta ahora la política económica adoptada por el gobierno de Eduardo Duhalde, no sólo ha agudizado la recesión, sino que también plantea serios interrogantes sobre su futuro político.

Según el estudio de una consultora privada se supo que en marzo volvieron a aumentar los despidos y las suspensiones de trabajadores. El dato escalofriante es que los despidos -65.000 sólo en marzo- aumentaron un 1.800 por ciento respecto de marzo del año pasado y que las suspensiones -que afectaron a 16.000 trabajadores- se duplicaron respecto de febrero y subieron un 92 por ciento en relación a igual mes del año pasado. A partir de estas cifras se estima que en la actualidad el desempleo podría rondar el 23 por ciento, abarcando a más de 3 millones de personas.

Las causas de estos despidos hay que buscarlas en la devaluación de la moneda y el "corralito financiero". Luego de que se tomaran estas medidas, el poder adquisitivo de los argentinos se pulverizó causando una merma notable en las ventas de los comercios, sobre todo, en aquellos que se estructuraron en base a la venta de productos importados. La tendencia parece ir en aumento, ya que 6.000 comercios de todo el país bajaron sus persianas en forma definitiva en la primera semana de abril, en tanto se supo que la canasta de productos básicos aumentó el 8 por ciento en el mismo periodo, una cifra sospechosa, dado el aumento de precios vertiginoso que se presencia en los supermercados en los últimos días.

Por otro lado, las esperanzas de quienes apostaron a la devaluación para hacer crecer las exportaciones se derrumbaron luego de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informara que en enero de este año, el primer mes posterior al fin de la convertibilidad, las exportaciones argentinas cayeron a 1.812 millones de dólares, lo que representa una caída del 12 por ciento respecto al mes pasado. Como era previsible la disparada del dólar hizo que las importaciones cayeran un 56 por ciento, es decir, aproximadamente, unos 853 millones de dólares.

En relación al deterioro del nivel de vida, tanto las consultoras privadas como las estadísticas públicas coinciden en que en los últimos doce meses, 3,7 millones de personas pasaron a estar debajo de la línea de pobreza en la Argentina, mientras que 1,2 millones se sumó a la lista de los desocupados. De ahí que no debería sorprender que, erosionados por la devaluación, los salarios cayeran un 60 por ciento en relación al dólar, colocando a la Argentina en el puesto número seis en el ranking de los países latinoamericanos con un salario per cápita promedio de 266,48 dólares mensuales.


Diagnóstico equivocado

La estrategia elegida por Duhalde y su equipo económico puso a la Argentina al borde de la hiperinflación y el agravamiento del estallido social. Su falta de coraje para hacer las reformas políticas necesarias -que nos hubieran evitado las consecuencias nefastas de la devaluación- le otorga un lugar de privilegio junto a su antecesor Fernando De la Rúa en la lista de expertos en arruinar y empobrecer al país. La incapacidad innata que tenía De la Rúa para tomar decisiones bien se puede comparar con los denodados esfuerzos que hace Duhalde por proteger los intereses de la clase política y el inmenso gasto público a costa de los bolsillos flacos de los consumidores.

Las incongruencias de Duhalde perfilan un escenario difícil con pronóstico reservado. ¿Cómo vislumbrar el futuro político de la Argentina a la vista de los indicadores económicos? ¿Cuánto podrá resistir este gobierno la falta de instituciones confiables y serias que restituyan los derechos de propiedad y la validez de los contratos? ¿Hasta cuándo puede resistir esta crisis un presidente que no sólo carece de legitimidad sino que, además, está convencido de que el marasmo social y económico del país se arreglará con dinero fresco del Fondo Monetario Internacional?

De la Rúa pagó su incompetencia con una rebelión popular que lo obligó a dejar el Palacio de Gobierno en helicóptero. En Venezuela, un golpe cívico-militar hizo tambalear por unas horas las andadas demagógicas y mesiánicas de Hugo Chávez. En las dos crisis institucionales hubo decenas de muertos y heridos. ¿Cuál será el costo político que deba pagar Duhalde por dejar el país peor que como lo recibió? Muchos piensan que sus días en el gobierno están contados y que a la vuelta de la esquina sólo espera la anarquía.

0
comentarios